Nuestra provincia transita de acuerdo a la palabra de sus conductores crisis tras crisis. Esta situación es incomprensible ya que poseemos riquezas , alimentos y recursos múltiples que para convertirlos en bienestar necesitan ser administrados explotados eficientemente. *Nuestros funcionarios y los que llegan a conducir la provincia se rodean de un conjunto humano que viene con un claro proyecto de enriquecimiento con los dineros del pueblo.
Esta gestión no se diferencia de otras, prioriza y convoca a la legislatura para tratar reforma constitucional o leyes que permitan ampliación de de miembros en la corte de justicia y otras necedades que están vinculadas a lo personal y confluyen a la profundización de su poder, buscando elusión de los controles y fiscales que permitiría una administración clara*. Estas determinaciones las ejecutan por los sub gobernadores qué *son los señores Pablo Outes y Nicolas Demitropulos ambos están en funciones con un cargo no contemplado en la ley de ministerios y tienen el claro propósito de borrar toda huella que se determine saber el uso de los fondos públicos*, la manera de regirse es como si sería propio, gastando al antojo dinero público.
Hablando un poco de estos los sub gobernadores, *hagamos un repaso memorioso de lo que eran sus patrimonios antes de ingresar a la intendencia Sáenz y sus satrapas* , el entusiasmo por anular la justicia a través del aumento del número de jueces en la corte es coincidente con lo que ya se hizo con antes con Menem y secuaces y de sus efectos estamos enterados ¿Nooo??? *
Llegan a ejercer la máxima magistratura personas que pasaron de un cargo distinto no concursado y sin conocer de la carrera judicial y a veces con un prontuario político y de vida que los inhabilita*. Deberían acompañar la hoja curricular de los integrantes del máximo tribunal como condición excluyente que denote probidad y aptitud.
*Acceden ungidos por la voluntad política, esto los convierte en servirles a quién los nombró y no es difícil entender que los fallos fueron son y serán a voluntad del patrón*.
El cuerpo gubernativo abunda en purulencia y la vida no cuenta, las necesidades de la gente no cuentan y cada acción de gobierno está impregnada de tendencias que revelan qué son negocios.
¿Pueden negociar con la muerte? Se puede ser tan vil de no atender las necesidades de quienes se la reclaman?
Va de la ciudadanía el tomar conciencia y comenzar un proceso de ordenamiento mental y conceptual para empezar a marcar distancia entre la fantasía del discurso y la farsa de esta realidad que nos lastima.